Habia una vez un niño no muy lejos de aqui, a solo mil leguas, que andaba y andba y nunca se cansaba. Un dia su madre le compro unos zapatos. Segun el zapatero con esos zapatos iba andar lo que nadie antes habia andado, cientos de miles de leguas, por paises desconocidos,descubriendo nuevas y ricas tierras. Pero, el unico incoveniente es que no tenian color.
LA madre orgullosa de la compra que habia hecho, pensaba darle la sorpresa de su vida a su hijo, ya que sabia lo que le gustaba andar.
En cuanto llego del colegio, le enseño la compra que habia hecho, pero. ¿Oh¡ desilusion cuando vio que ni siquiera sonreia.
-¡Mama¡ ¿no te diste cuenta que no tienen color?
- Si hijo- contesto la madre-. Pero estos zapatos son los de las cien mil lenguas y he pensado que te gustarian para andar y andar.
- No mama, yo no pienso ponerme estos zapatos, que nunca podre combinar con nada.
Mikel, que asi se llamaba el hijo de la mujer, anduvo unos años mas, por el monte, de paseo, pero nunca pudo llegar a su destino. Un mal dia, eligio mal el camino.
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