martes, 31 de agosto de 2010

Huelga General

Judith se acercó perezosamente a la alacena, miró a través de la ventana, a sus noventa y seis años estaba dispuesta hacer huelga para que no la bajaran más su triste pensión.
Abrió la pesada puerta de casa, se dirigió al ascensor, pulsó el botón de bajada, en cuanto se dispuso a salir sintió un latigazo abrasador que le cruzaba el cuerpo de arriba abajo, se le nubló la vista y calló al suelo.
Luis bajó por las escaleras, el ascensor debería estar estropeado, ¡que mala suerte¡ 29 de septiembre, todo el mundo en huelga y el ascensor no funciona.-Pensó por un instante.

No hay comentarios: